Cientos de usuarios quedaron
varados; dos cuadras de filas de Moldenses (ciudadanos de Molde) como estatuas
sin respuestas, esperaban que se asome, el tren que nunca pasó por la estación.
Día perdido para quienes debían transportarse.
Algún que otro Moldense, filmaba
fervorosamente la situación; captaba rostros desconformes y mientras más,
mejor. Con el apoyo de una voz de fondo vestía a la imagen de drama: -¡Moldenses!
piensen en los cientos varados. Esto es insólito-. Quienes vieron la filmación,
se perfilaron detrás de la voz.
Como en un reality show terminó
el episodio de la estación.