Blog de Fabricio Rodríguez de la ciudad del Villazo, Santa Fe, Argentina.

Futuras generaciones

 




La pandemia mostró sus dientes agravando una crisis económica y social que como un efecto dominó golpeó a millones de familias. Trabajadores en blanco de muchos años perdieron sus empleos. Trabajadores en negro disputan una changa con los anteriores. Los desocupados de siempre dan manotazos de ahogados. Del otro lado, una minoría acrecentó sus ganancias ampliando la brecha entre ricos y pobres. Leamos las historias de las futuras generaciones.


Romi es de Constitución. Varias horas por día intercambia estampitas por dinero en el Subte. Su mamá, que es la que se hizo cargo de ella y de su hermano mayor, está desocupada. Su hermano Matías no recibirá más el IFE. Tuvieron que tomar tierras para construir un hogar porque no les alcanza para pagar un alquiler. La pequeña es parte del 10% de les niñes que “trabajan”. Zafó de responsabilizarse de otros hermanitos, como pasa en otras familias, donde les niñes se convierten en adultos para llevar adelante las tareas domésticas y de consumo. Zafó de vivir en el interior, donde en los crudos campos se duplica el “trabajo” para los más pequeños. No zafó de la naturalización. Y de escolarización no hablemos.


Uli y Gael son de Nordelta. Por las mañanas participan en las clases virtual del colegio bilingüe. Durante las tardes, aburridos de la mansión que heredarán, salen a ver la Guardería Náutica en el lago del barrio, ya que falta para la temporada de Buceo y el Golf aún no lo entienden. Su papá este año no pagó las tarifas de luz sin que corran riesgo de quedarse a oscuras. Los pequeños pasan más tiempo con su papá y mamá porque ambos trabajan desde casa y las tareas domésticas las hace una piba de un barrio cercano. Los hermanitos zafaron del “trabajo” infantil.


Queda claro que en las historias de las futuras generaciones, la pandemia no es el problema sino que hay un sistema que construye estas realidades. El plato de comida y la vivienda de millones se convirtieron en un lujo. Hay que darle prioridad a la niñéz con días felices, educación y salud, y no al pago de una deuda millonaria que no nos pertenece. Hay que dar vuelta todo.

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