Blog de Fabricio Rodríguez de la ciudad del Villazo, Santa Fe, Argentina.

Preparación económica-militar





Las noticias sonaron demasiado escandalosas para las personas de la población. Los títulos aparecieron gritando en primera plana revelando situaciones de empobrecimiento. Aumentaron las familias que duermen observando las estrellas en hogares al aire libre en las metrópolis, la sed de las alejadas de los transportes públicos que peregrinan kilómetros para conseguir agua potable y también la mortalidad infantil como el trabajo para estos mismos. Los analistas encargados de los gráficos que representan las problemáticas sociales de las mayorías populares poco a poco dejaron de utilizar el naranja para colorearlos de rojo.

Desde el Estado, que históricamente se sostiene gracias a su rol desigualador (socialmente hablando), con la llegada de un nuevo gobierno hace algunos años sumado a la crisis mundial, gradualmente disminuyó la calidad de vida de las personas con algunas o múltiples preocupaciones. El ejecutivo redujo a cuenta gotas el presupuesto general para evitar “gastar” en educación, salud, vivienda y trabajo. Tareas que culminan con más flexibilización del trabajo y que ha conducido a suspensiones, despidos y más desocupación. Estas decisiones de “ahorro” fueron puestas en marcha para reducir el déficit que ha alcanzado el Estado. Para reforzar los ingresos, el mandatario junto a su gabinete, sacaron un crédito en el banco mundial subordinando al país bajo sus lineamientos.

Dichos deterioros de las condiciones de vida de las personas con el tiempo se han empezado a sentir en las calles que se colmaron de reclamos. Lenta y con seguridad la población perjudicada comienza a romper con la pasividad que los tuvo adormecidos durante una decena de años.

El Ministro de Defensa reunido con los Generales militares de alto tango caracterizaron como una amenaza para la Nación a la gente que protestan ante estas medidas miserables para el pueblo. Concluyeron mantener controlada la disconformidad hasta que completen sus objetivos previstos para superar el déficit. Asimismo, semanas anteriores gastaron millones de pesos, dólares y euros en armamentos de guerra y transportes especializados para la defensa de los presidentes de otros países que se reunieron en una importante reunión empresarial llamada “La Cumbre”. Y, además, como antesala de los gastos militares se desarrolló el siguiente escenario: diputados y senadores que operan para este equipo en lugar del pueblo, votaron un importante presupuesto ajunte para adaptar al país económicamente a sus propósitos en 2019. Estos cálculos realizados se agravarán en los años próximos con el pago destinado al préstamo otorgado por el banco mundial. Es por eso que esta semana las noticias sacudieron los medios de comunicación, el Ministro sugirió al mandatario un recambio de armas, aumentos de cuadrillas militares en las fronteras y la potencialización del espacio aéreo con las nuevas incorporaciones. Quieren ejecutar un plan de cinco años comenzando el próximo para reforzar el plantel militar y alistar las filas que detengan el avance del pueblo convencido de su batalla contra el régimen.




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Cresta al rojo




Esta semana reprimieron brutalmente a los trabajadores de Cresta Roja que venían llevando adelante un acampe pacífico en las puertas de la planta de Esteban Echeverría. Con los puños en alto pelean desde hace tiempo (conflicto que comenzó 2014 para ser más específico) por la reincorporación de las trabajadoras y trabajadores despedidos y además por los pagos adeudados. Durante la cacería que llevó adelante la Bonaerense, hubo varios detenidos, inclusive los vecinos que se acercaron para auxiliar a los obreros y resguardarlos de las balas de gomas y gases lacrimógenos.

Como es de costumbre la policía en complicidad con la patronal mantuvieron incomunicados a los heridos dentro de varias celdas. En forma sistemática se niegan a brindar información sobre el paradero de los mismos a sus familiares y compañeros de laburo.

Cabe destacar que en abril de 2016, Mauricio Macri y la gobernadora María Eugenia Vidal, quien es responsable directa de la policía de la provincia de Buenos Aires que se ha encargado de reprimirlos, recorrieron la planta de Cresta Roja en Monte Grande. En el marco de una avícola que a paso lento se reactivaba fruto de las peleas que dieron los despedidos en las calles, sostuvieron que “sí se puede” acompañando un discurso en el que el “crecimiento del empleo y la llegada de las inversiones” fue su eje central.  

Semanas posteriores, el presidente y la gobernadora volvieron a visitar la empresa, pero en esta ocasión, para vetar la Ley antidespidos. Y lo hicieron con exorbitante cinismo para “demostrar cómo tenemos que trabajar”, mientras silenciaron a los despedidos y diversas organizaciones que rodearon la avícola en repudio de sus presencias.

Cada vez que encuentro información sobre Cresta Roja en la tevé o en las redes sociales, recuerdo las historias que contó una profesora fuera de sus clases. Resulta que su sobrino mayor llegó un día a su casa desesperado y solicitado: “tía, tía, necesito el auto, urgente”. Cuando le preguntó el motivo, respondió que necesitaba llegar a la avícola cuanto antes. La profesora con el rostro iluminado por la solidaridad del mismo en querer apoyar la lucha, le entregó las llaves en sus manos sin dudarlo. Apretando el acelerador a fondo cruzó de provincia en pocas horas con una amiga de copilota.

Al finalizar la siguiente clase, la docente nos cuenta una segunda historia o mejor dicho la segunda parte de la misma, esta vez, desilusionada. Metieron en cana a su sobrino e incautaron el auto. Gendarmería Nacional los redujo cuando intentaron salvar a los pollos de la cadena de producción para dejarlos en libertad.




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Villa 31





Esta historia comienza con la fortaleza de los padres de Hilda que junto a familias de trabajadores portuarios y ferroviarios despedidos comenzaron a construir un asentamiento a partir de 1930. Desde sus orígenes las ollas populares alimentaron una serie de casas precarias que se edificaron en el barrio de Retiro, entre la Estación y Puerto Nuevo.

Al principio llamaron al asentamiento como “Villa Desocupación”, hasta que nuevos vecinos la renombraron “Villa Esperanza” porque renovaron las oportunidades de adquirir un hogar, puesto que fueron marginados como la familia de Hilda. En las afueras del asentamiento denominaron al lugar como la “Villa de los inmigrantes”, pues se dijeron varias aberraciones sobre los trabajadores desocupados de nacionalidades europeas. Años más tarde, a partir de la década del 40, comenzó a adquirir la fisonomía con la que la conocemos.

Hoy, el pequeño asentamiento que encabezó la familia de Hilda, es conocido como la Villa 31. El número corresponde a la cantidad de hectáreas que abarcó el territorio al momento de identificarla.

Las brutales políticas de ajuste en la década de los 90 aumentó la comunidad notablemente (el doble), agregándose la “Villa 31 Bis”, alcanzando treinta y dos hectáreas, con una población de cuarenta y tres mil habitantes que viven en un total de diez mil viviendas. Según los censos realizados en el 2016, hay cuatro mil cuatrocientos barrios vulnerables en todo el país, de los cuales tres millones y medio de personas viven en asentamientos, y más de la mitad son niños y jóvenes. Es importante que estos datos formen parte del relato.

Las familias son numerosas, están compuestas principalmente por madres solteras con muchos hijos e hijas que colorean la villa, polarizando con sus voces intensas los ruidos de los disparos, frente a los montones de basuras que perfuman la zona. Algunos periodistas establecen que el destino de estos pequeños es el inicio de una temprana vida sexual o drogarse en las esquinas.

Nunca se desprendió de sus raíces inmigrantes, actualmente poco más de la mitad de la población son de países vecinos como: Paraguay, Bolivia y Perú. Pero, inmigrantes los llaman los vecinos de otros lugares que no padecen rechazo. Inclusive la gente del interior que se deja influenciar por los medios hegemónicos de comunicación. En cambio, me imagino que se consideran a sí mismo como los mejores bailarines de la cumbia, los impulsores de la coca afuera del kiosco y únicamente los divide un arco de otro en un picadito en el que “Maradonas” no son conocidos por el mundo.

Es demasiado difícil alcanzar a pagar un alquiler por los altos índices de desocupación que se agravan con las tarifas impagables. En los clasificados locales, una pieza en la villa sale entre dos mil y cinco mil pesos mientras que en Puerto Madero cuesta entre tres mil y ocho mil dólares. El negocio inmobiliario no contempla la falta de trabajo, la paga en negro y los sueldos bajos en general. Las personas ajenas a la marginalidad y la exclusión (barrios y localidades de alrededores) difícilmente contratan a un trabajador con una dirección en el currículum tan manchada en la sociedad. Encima, es peor para las mujeres, que no tienen la posibilidad de realizar “changas” como los varones; su mayor logro es trabajar como esclavas domésticas en nordelta.

La principal característica que los diferencia del resto de la población argentina es su facultad como constructores y albañiles. Sin embargo, la mayoría de las casas no cuentan con los servicios básicos indispensables ya que no hay agua corriente, tendidos eléctricos con medidores domiciliarios, ni redes cloacales, ni mucho menos títulos de propiedad. Lo que existe es gracias a la puesta en marcha de los vecinos organizados que se ayudan los unos a los otros.

La falta de urbanización y construcciones de accesos (que no pueden hacer los vecinos organizados por la falta de maquinarias como palas retroexcavadoras, aplanadoras, martillos neumáticos, entre otras) desembocan en la dificultad de accesos para las ambulancias. Hubo muchos casos de madres que dieron a luz antes de llegar al hospital y almas que abandonaron sus cuerpos como consecuencia de enfermedades crónicas. Igualmente sucede con quienes tienen capacidades diferentes quedando en manos de la solidaridad de los vecinos.

Para los niños y los jóvenes se expresa un crimen social del que nadie habla: no hay escuelas, ni jardines maternales. Desde pequeños acostumbran a caminar y trasladarse durante horas para educarse. Conviene subrayar el caso de los adolescentes desertores del sistema educativo: las razzias, el gatillo fácil y la brutalidad policial se convierten en letras de rap y el odio en su religión.

Pareciera que a las personas de la Villa 31 las condena el rechazo que impulsaron a la familia de Hilda a construir sus viviendas por sus medios. Pero también existen casos en que la exclusión se apaga. Como por ejemplo para Rufalda, una conocida de Hilda, que vivió en la manzana 12 y murió entre las llamas de los objetos de su habitación. Las velas que alumbraban su hogar, cayeron en su cama mientras descansaba con sus 90 años.

Para terminar, hay una conclusión que subyace en esta historia: por un lado la fortaleza de los vecinos organizados para levantar una villa con tantos habitantes; por el otro la desigualdad que el Estado reproduce año a año.




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Encubrimiento rojo




Antes de que suene el despertador que indica el comienzo del día, las radios chaqueñas que permanecieron sintonizadas desde la tarde anterior, anunciaron por sus parlantes un comunicado de la Brigada de Infantería: “(…) la columna que transportaba detenidos subversivos que se dirigía hacia Formosa fue enfrentada por una banda armada (…)”. Después de decenas de años, en las investigaciones posteriores, las escopetas y pistolas utilizadas en el asalto del traslado, fueron pertenecientes y reglamentarias del Ejército. La mayoría de los “delincuentes” murieron en el acto durante la lluvia de disparos producidos por el “enfrentamiento”. Según un informante de las fuerzas, al menos tres detenidos lograron escapar corriendo hacia el Oeste, aprovechando la oscuridad de la noche restante.

Horas más tarde del tiroteo, un nuevo comunicado se distribuye en los hogares chaqueños. El Ejército, la Gendarmería Nacional y la Policía Provincial rastrillarían la zona hasta encontrar a los prófugos. El Jefe superior del Ejército, con tono autoritario, exigió a la población que “colaboren con la orden de las fuerzas para localizar a los subversivos”.

Un grupo minoritario de vecinos se reunieron clandestinamente para intercambiar sobre la situación. Aseguran que esos tipos de comunicados esconden fusilamientos colectivos, disfrazados de enfrentamientos entre delincuentes y bandas criminales. Además conocieron un caso similar ocurrido en Salta cuando asesinaron durante el traslado en el paraje de las Palomitas a once presos políticos. Entre ellos había trabajadores, estudiantes, docentes y periodistas. Ese día, un comunicado y diarios salteños, expresaron preocupación por “bandas guerrilleras que atacaron a las fuerzas de seguridad”, ya que los custodios terminaron heridos y muertos los prisioneros.

Es por eso que en la casa clandestina chaqueña sospecharon del comunicado anunciado a primera hora. Con seguridad postularon la hipótesis que durante los traslados realizados en la última dictadura militar por rutas alejadas, significaron muertes. Sobre todo cuando los traslados se realizaban durante la madrugada, que es cuando todos duermen.

En 2011, gracias a más de 120 testimonios, entre ellos un policía arrepentido, se logró reconstruir la verdadera historia de la masacre de Margarita Belén. Sin embargo, la documentación de las Fuerzas Armadas continúan permaneciendo oculta a 35 años de “democracia”, no solo en Chaco sino en el todo el país y ningún gobierno hasta ahora, avanzaron en la exigencia de la apertura de los archivos.



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#GilestJaunes





Los precios del combustible se elevaron hasta la estratósfera de Francia. Por poco chocan directamente contra un satélite que orbita alrededor del planeta. Esto causó que rabia circule por la sociedad. “Nous ne voulons pas miettes, nous voulons de la baguette”, exclamaron uniendo sus reclamos.

Frente a estas reforman que atacan los bolsillos de la clase que mueve los engranajes de la población, un sector conocido como les Gilets Jaunes, rompieron el silencio de Estado saliendo espontáneamente a las calles para manifestar sus preocupaciones. El gobierno convencido respondió con balas y gases lacrimógenos (la violencia de siempre) para impedir la avanzada. Además, desplazaron tecnología militar de última generación. Pero estos trabajadores y trabajadoras con chalecos amarillos iluminaron la zona del Arco del Triunfo con el fuego de sus molotovs. En medio de la urbe se armaron barricadas a plena luz de distintos vehículos en llamas. Laburantes de otros sectores imitaron su vestimenta para apoyarlos. Luego estudiantes aparecieron en la escena con carteles con frases como “systeme abolition”. A estos los hicieron arrodillar a punta de ametralladora como en Siria. 

Movilizaciones, barricadas y disputas cuerpo a cuerpo entre chalecos amarillos y fuerzas represivas del Estado se extendieron por las distintas ciudades del país. Miles de personas fueron privadas de su libertad. Después de la visita al G20 organizado en Argentina, el presidente Macron se vio en serios aprietos: regresó a su tierra natal para retroceder con el aumento de combustible.

Al correr los días, trabajadores y trabajadoras de varios países del mundo se vistieron con chalecos amarillos y comenzaron a luchar como los franceses. Las demandas de la clase trabajadora se expresaron bajo un mismo distintivo demostrando que es una y sin fronteras.

Actualmente en Francia se extienden gradualmente las luchas. Acorralado Macron, en cadena nacional anunció que aumentaría el sueldo mínimo para frenarlas. ¿Esta historia continuará?




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